Panda Patisserie, Madrid

Fuimos hace unos meses y disfrutamos mucho de la comida y el lugar. Recomiendo mucho el pastel de algodón, estaba delicioso!

Aprovechamos que estábamos de paso por Madrid para parar por este sitio. Hubo algo de cola para entrar y estaba llenísimo el local, pero merece la pena. Es muy chulo dentro y los postres estaban riquísimos. Una pena que ahora no tenían Kakigori (creo que la carta no lo indicaba) y mi motivo principal de visita había sido probar ese postre, pero cambié la elección y el mochi estaba igualmente muy rico. Los baños podrían estar más limpios, por eso las 4 estrellas y no 5.

Llegamos sobre las 7 y apenas quedaba de nada, el sitio es precioso y la comida buenísima pero todo se agota enseguida y nos llevamos un chasco bastante gordo

El sitio es muy bonito, la zona de las meriendas (panda patisserie) es tranquila, agradable y con buena decoración. Los dulces estaban buenos, bastante 'occidentalizados', pero manteniendo la base de los dulces japoneses y muchas cosas parecían hechas en el momento. Lo que no fue muy bien hoy fue el servicio en si. Las camareras fueron amables pero hubo mucha espera y se equivocaron en casi todo nuestro pedido, y por lo que podíamos ver y oír, lo mismo pasó con otras mesas. Supongo que fue algo puntual, quizás faltaba personal o algo por el estilo.

Pedí un set para llevar y me esperaba que todo estuviese bien envasado por lo que implica el “para llevar”, pero la bebida me la dieron sin cubrir y cuando les recordé que era para llevar la que me atendía sólo me dijo “lo sé es sólo que no tenemos tapas” y se desentendió del asunto, como no tenía ganas de discutir lo acepté, pero si lo hubiera sabido antes claramente no habría comprado la bebida. Por otra parte, pagué 9,50 por el set de sakura cuando en grande pone que cuesta 7,50 y eso es porque la imagen que acompaña al set tiene la bebida a la que hay que añadirle el suplemento (que viene bien en pequeñito).
Esta no es la primera mala experiencia, la primera vez que fui, pedí un set de merienda para llevar y casualmente para llevar no se podía, tenías que pagarlo todo por separado (pasadas unas pocas horas ponen en insta que a partir de ese día tb habría set de merienda para llevar).
Quise darle otra oportunidad y probar otra vez, pero no volveré y no lo recomendaré nunca, ya que la atención al cliente es deficiente y la calidad-precio de los productos es muy mejorable.

Los "fluppy pancakes" están muy ricos y esponjosos. Se sirven con un sirope que les da el toque final. Tardan uno poquito en hacerlos (unos 20-25 min) pero merece la pena esperar.

De primeras, la atención en nuestro caso fue excelente. Nos informaron nada más llegar que toda la sala había pedido el plato estrella (Fluffy pancakes) y que si las pedíamos tardarían como 45 min, luego tardaron menos.
La comida estaba riquísima y la presentación era super kawai. Además, de las fluffy pancakes, pedíamos limonada de fresa y dorayakis. Desde nuestro punto de vista la relación calidad precio es perfecta.
Quedamos muy satisfechas.

Los dulces bien, nos pedimos un dorayaki y un mochi. La presentación cuidada. El mochi muy rico aunque llegó a la mesa congelado. El dorayaki un pelín duro, pero muy rico de sabor. Las bebidas nos gustaron, muy originales. Tienen una amplia carta que te deja con ganas de más, aunque muy caro para los precios incluso de alta pastelería. El servicio correcto y amable, nos comentaron que en 45 min preparaban las mesas para cenar pero aceptamos porque tampoco teníamos más tiempo para gastar ahí. Lo que más me molestó es que sales oliendo a frito, ya que al final estás en el mismo espacio del restaurante/cocina y no deben tener muy bien solucionado el tema de la extracción de humos, y sales con un olor en pelo y ropa bastante molesto. Se te hace raro estar comiendo dulces pero oliendo rollitos de primavera. Supongo que volveré a probar otras cosas pero a primera hora de la tarde cuando espero que no esté funcionando la cocina.

Una cena fantástica en resumen.
Se puede cenar en tres ambientes ya que tienes mesas simulando los tradicionales carros de comida japonesa como mesas en las que se puede comer arrodillado (también sentado, hay hueco para las piernas) como en la barra.
Probamos las Tostas de Tapioca y atún, la Gyozas, los Baos de langostinos, el Ramen y el postre Fuji y el de Mochi de Té; no tengo ni un solo "pero" a ningún plato. Disfrutamos de cada bocado, con ingredientes de calidad y perfectamente elaborados, cada plato con varias preparaciones diferentes.
El servicio muy amable y atento, te ofrecen ayuda con los platos si lo necesitas, buenos profesionales. Una mención especial para Vanessa.
Hay que reservar obligatoriamente incluso entre diario y merece la pena conocer esta taberna japonesa en Madrid.

Caro y escaso, aunque algunos sabores y la decoración merecen la pena. Lo que hunde la valoración final es el servicio. Teníamos reserva a las 23.00. Llegamos 5 minutos antes de la hora y empezaron a presionarnos para que pidieramos rápido porque cerraba la cocina. Pedimos y a los cinco minutos nos dicen que el plato que más interés teníamos en probar no pueden hacérnoslo porque tarda en prepararse (quedando media hora para el cierre). Tras esto, le pedimos unos minutos a la camarera para pensar otro plato y esta se quedo sentada a nuestro lado hasta que decidimos. Muy desagradable el servicio hasta el último momento, no parecía acorde a lo que estábamos pagando

Se come genial y el sitio es muy chulo. Los precios no tanto. Le daría cinco estrellas sólo por el trato de los camareros, que son muy buenos en lo suyo.

Sitio espectacular, la decoración super auténtica, comida deliciosa no, lo siguiente. Estaba todo delicioso! Pero el servicio deja MUCHO que desear, una hora esperando para ser atendidos (habíamos reservado) no apuntaron varias comandas, las bebidas las que le dieron la gana. Me encantaría volver, pero la atención recibida me espantó.

La segunda vez que venimos y nos ha decepcionado un poco. La primera experiencia el año pasado fue infinitamente mejor. La comida sin más, echo en falta algo más de sabor. Los bao poco elaborados comparados con otras opciones en la zona. Lo mismo para el plato especial de Osaka. Las gyozas de setas insípidas. Nos dejamos unos de los platos prácticamente entero y no nos preguntaron si no nos había gustado y sin embargo nos preguntaron si queríamos postre. Y además no es barato.

Great Izacaya in the heart of Madrid, perfect location and friendly staff.

Quite good menu and high quality dishes. Do not miss scallops, eel and King crab lasagna.

I also love the orange flavour Japanese beer, a must!

Only 4 stars as the place looks a bit old and furniture requires an update.

La calidad de la comida es excelente. Tanto el producto como la elaboración están al nivel de lo esperado. No obstante las raciones son ridiculamente pequeñas, especialmente teniendo en cuenta el precio, que es demasiado elevado para el tipo de comida que ofrecen. Es mejor ir sin hambre, porque si no la vas a pasar. El lugar intenta recrear una izakaya japonesa típica, que son conocidas por ofrecer una buena cantidad de comida típica japonesa a precios competitivos, lo cual no ocurre en Hattori Hanzo. Una pena porque está bueno, pero es una tomadura de pelo.

Great food and decoration, plus service is nice and polite. We ordered eel (tasty, although texture is weird at first). The octopus balls and bao bread with shrimps are a must.

No es para ir todos los días a cenar porque es caro, pero es perfecto para una ocasión especial o romántica. ¡Una alternativa más barata es ir a merendar! Los tés están deliciosos, tienen mucha variedad, y los postres están muy ricos, manteniendo el estilo japonés. Recomiendo los dorayakis y los mochis: 3

Espectacular! No soy ninguna experta en comida japonesa, pero estaba riquísimo todo! Además, te dan todas las explicaciones sobre la comida, lo sirven con un ritmo perfecto y el local es de 10!

El sitio es muy recomendable y la comida es deliciosa. No tan deliciosa como los huevos fritos con patatas vinagre y pimenton, pero cerca. Visualmente los platos son muy cuidados y los camareros te los explican en plan masterchef. La ambientación está bastante bien. Lo negativo es que en un restaurante donde te dejas 30-40€ mínimo por comensal no es normal que salgas con más hambre que Carpanta por muy buena que esté la comida. Entiendo que el restaurante sea caro, lo que no entiendo es que la comida sea escasa con esos precios.

Trata de recrear en uno de sus espacios los típicos restaurantes de comida callejera de japonesa.
En el otro espacio simula las mesas bajas en las que se come sentado en el suelo. Digo simula porque realmente los comensales se sientan de forma normal pero en un hueco en el suelo, lo que hace que la mesa pueda estar más baja recreando esa situación.
En cuanto a la comida, excelente.
Tipica comida japonesa, menos conocida para los ojos ocidentales que los shusi's y nigiri's, pero sin embargo a mi gusta mejor.
Eso sí, algo picante, no en exceso pero a tener en cuenta.